Lleno estaba el mundo de amigos cuando aún mi cielo era hermoso. Al caer ahora la niebla los ha borrado a todos.
Lo difícil no es estar con los amigos cuando tienen razón, sino cuando se equivocan.
Lo más ofensivo que pueda lanzarte a la cara tu peor enemigo no se compara con lo que tus amigos más íntimos hablan de ti a tus espaldas.
Los aduladores se parecen a los amigos como los lobos a los perros.
Los amigos ciertos son los probados en hechos.
Los amigos no son ni muchos ni pocos, sino los suficientes.
Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba / engánchalos a tu alma con ganchos de acero.
Los amigos se convierten con frecuencia en ladrones de nuestro tiempo.
Los amigos se suelen considerar sinceros; los enemigos realmente lo son: por esta razón es un excelente consejo aprovechar todas sus censuras para conocernos un poco mejor a nosotros mismos, es algo similar a cuando se utiliza una amarga medicina.
Los amigos son como la sangre, cuando se está herido acuden sin que se los llame.
Los amigos son como los taxis, cuando hay mal tiempo escasean.
Los amigos son esa parte de la raza humana con la que uno puede ser humano.
Los amigos son para las ocasiones, salvo en determinados círculos político-económicos, en los que las ocasiones son para los amigos.
Los amigos: una familia cuyos individuos se eligen a voluntad.
Los animales son buenos amigos, no hacen preguntas y tampoco critican.
Los falsos amigos y las deudas, siempre llegan sonriendo.
Los libros nos dan consejos que no se atreverían a darnos nuestros amigos.
Los libros son amigos que nunca decepcionan.
Los mejores amigos de las mujeres son los diamantes.
Los objetos son los amigos que ni el tiempo, ni la belleza, ni la fidelidad consiguen alterar.
Los parientes nos los da el azar, pero elegimos a los amigos.
Los resultados de los cambios políticos rara vez son aquellos que sus amigos esperan o que sus enemigos temen.
Los verdaderos amigos se tienen que enfadar de vez en cuando.
Me duele más una decepción que una traición.
Mejor es la esperanza; pues produce paciencia, arma fuerte contra la decepción temprana.