Estoy absolutamente convencido que ninguna riqueza del mundo puede ayudar a que progrese la humanidad. El mundo necesita paz permanente y buena voluntad perdurable.
Estoy alineando cosas siempre, midiendo ángulos, incluso durante esta entrevista. Estoy observando la manera que te sientas y la composición del espacio alrededor de ti.
Estoy aquí por estar, y la nieve sigue cayendo.
Estoy ardiendo, ahora sí que estoy ardiendo, de dolor y de vergüenza porque jugué con tu fuego y se me ha ido de la piel a lo más hondo tu terrible quemadura.
Estoy bajo el agua y los latidos de mi corazón producen círculos en la superficie.
Estoy comprometido con la verdad, no con la consistencia.
Estoy contento de sentir, aunque suelo estar triste por sentir.
Estoy convencido de que a esta sociedad consumista, cegada por el mercado, la sucederá otra que se caracterizará por el hecho trascendente de que no dejará de lado la justicia social y la solidaridad.
Estoy convencido de que en un principio Dios hizo un mundo distinto para cada hombre, y que es en ese mundo, que está dentro de nosotros mismos, donde deberíamos intentar vivir.
Estoy convencido de que uno no solo se ama en otros, sino que también se odia en otros.
Estoy convencido que la primera prueba de un gran hombre consiste en la humildad.
Estoy cumpliendo los cuarenta, y eso lleva su tiempo.
Estoy de acuerdo en que las sociedades decreten abolir la pena de muerte; pero que empiecen por abolirla los asesinos.
Estoy demasiado enardecido y abrasado por pensamientos propios, a tal punto que muchas veces me siento sofocado.
Estoy dispuesto a reconocer la superioridad de la mujer con tal de no admitir su igualdad con los hombres.
Estoy en Kioto Pero al canto del hototogisu Soñando de Kioto.
Estoy haciendo versos para vos. ¡Y vos nunca supiste qué era un poema!.
Estoy herido de mi felicidad; han de curarme todos los que sufren.
Estoy muy acostumbrado a contrastes y más espíritu tengo en ellos que en las prosperidades; me ocurre siempre en éstas que después del buen tiempo viene el malo y en éste que ha de venir aquél.
Estoy muy triste y me siento más desgraciado de lo que puedo decir, y no sé hasta dónde he llegado. . . No sé qué hacer ni qué pensar, pero deseo vehementemente dejar este lugar. . . Siento tanta melancolía.
Estoy orgullosa de haber estado en un negocio que dé placer, cree belleza, despierte nuestra conciencia.
Estoy pensando que...podría de pronto abrir las alas, volar fuera de esta silenciosa prisión, reír en la cara de mi carcelero y, junto a ti, empezar a vivir de nuevo.
Estoy por el completo a favor de mantener las armas peligrosas fuera del alcance de los tontos. Empecemos con la máquina de escribir.
Estoy satisfecho con el misterio de la eternidad de la vida y con el conocimiento, el sentido, de la maravillosa estructura de la existencia. Con el humilde intento de comprender aunque más no sea una porción diminuta de la Razón que se manifiesta en la naturaleza.
Estoy seguro de que la buena música la vida alarga.