Se debe hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no más sencillo.
Se dice el pecado, pero no el pecador.
Se dice que existen tres clases de testigos: Los que han visto bien, pero dudan de lo que han visto. Los que han visto mal, pero creen haber visto bien. Y los que no han visto nada y aseguran haber visto todo.
Se dice que las mujeres son vanidosas por naturaleza; es cierto, pero les queda bien y por eso mismo nos agradan más.
Se encuentran muchos hombres que hablan de libertad, pero muy pocos cuya vida no se haya consagrado, principalmente, a forjar cadenas.
Sé filósofo... pero en medio de toda tu filosofía, sé hombre.
Se ha de leer mucho, pero no muchos libros; ésta es una regla excelente.
Se habla sin cesar contra las pasiones. Se las considera la fuente de todo mal humano, pero se olvida que también lo son de todo placer.
Se justo con todos pero no te confíes de todos.
Se me debe exigir que busque la verdad, pero no que la encuentre.
Se parecen ellos a los exaltados; pero lo que los exalta no es su corazón, sino la venganza. Y cuando se vuelven finos y fríos no es su espíritu, sino la envidia.
Se piensa que lo justo es lo igual, y así es; pero no para todos, sino para los iguales. Se piensa por el contrario que lo justo es lo desigual, y así es, pero no para todos, sino para los desiguales.
Se podrá hacer economía en cualquier circunstancia, pero a los enfermos provéaseles de cuanto les sea necesario.
Se puede abandonar a una patria dichosa y triunfante. Pero amenazada, destrozada y oprimida no se le deja nunca; se le salva o se muere por ella.
Se puede admitir la fuerza bruta, pero la razón bruta es insoportable.
Se puede aplastar una nación religiosa, pero no dividirla.
Se puede atacar la religión en su culto, en sus bienes, en sus ministros; pero no se puede conseguir que una sociedad subsista sin religión. Un monje ignorante pero henchido de fe puede fundar un imperio; Newton, el incrédulo, pesará los mundos, pero no podrá crear un pueblo.
Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.
Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.
Se puede hacer mucho con la diplomacia, pero desde luego se puede hacer mucho más si la diplomacia está respaldada por la imparcialidad y la fuerza.
Se puede juzgar a un hombre por su nación, pero no a una nación por un hombre.
Se puede matar al soñador, pero no al sueño.
Se puede quitar a un general su ejército, pero no a un hombre su voluntad.
Se puede ser feliz sin talento, pero no sin pasión.
Se puede tener por compañera la fantasía, pero se debe tener como guía a la razón.