Los errores en materia de religión son peligrosos; en filosofía son simplemente ridículos.
David Hume
Nada más libre que la imaginación humana.
David Hume
Sé filósofo... pero en medio de toda tu filosofía, sé hombre.
David Hume
El razonar riguroso y preciso es el único remedio universal válido para todas las personas y disposiciones.
David Hume
Las Bellas Letras no son sino un retrato de la vida humana en diversas actitudes y situaciones.
David Hume
La costumbre es la gran guía de la vida humana.
David Hume
El hombre es un ser racional, y, en cuanto tal, recibe de la ciencia el alimento y la nutrición que le corresponde. Pero tan escaso es el alcance de la mente humana que poca satisfacción puede esperarse en este punto, ni del grado de seguridad, ni de la extensión de sus adquisiciones.
David Hume
La precisión es siempre ventajosa para la belleza, y el razonamiento riguroso para el sentimiento refinado. Vanamente exaltaríamos el uno despreciando el otro.
David Hume
La razón es, y sólo debe ser, esclava de las pasiones.
David Hume
La oscuridad es efectivamente penosa para la mente, como lo es para el ojo, pero sacar la luz de la oscuridad, por el esfuerzo que sea, ha de ser deleitable y producir regocijo.
David Hume
La belleza de las cosas existe en el espíritu de quien las contempla.
David Hume
El más dulce e inofensivo camino de la vida conduce a través de las avenidas de la ciencia y del saber.
David Hume
La belleza está en el ojo del observador.
David Hume
Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias.
David Hume
Todo el mundo se queja de su mala memoria; nadie de su poco entendimiento.
David Hume
El mero filósofo es un tipo humano que normalmente no goza sino de poca aceptación en el mundo al suponerse que no contribuye nada ni a la utilidad ni al placer de la sociedad, ya que vive alejado del contacto con la humanidad y está envuelto en principios igualmente alejados de la comprensión de ésta.
David Hume
Los sentimientos de nuestro corazón, la agitación de nuestras pasiones, la intensidad de nuestros sentimientos debilitan sus conclusiones y reducen al filósofo profundo a un mero plebeyo.
David Hume