Nos reímos del honor y luego nos sorprendemos de encontrar traidores entre nosotros.
Nuestra conducta es la única prueba de la sinceridad de nuestro corazón.
Nuestra existencia no es mas que un cortocircuito de luz entre dos eternidades de oscuridad.
Nuestra sociedad es masculina, y hasta que no entre en ella la mujer no será humana.
Para ejercer una influencia benéfica entre los niños, es indispensable participar de sus alegrías.