El secreto de la felicidad es darse cuenta que la vida es horrible, horrible, horrible.
El verdadero secreto de la felicidad consiste en exigir mucho de sí mismo y muy poco de los otros.
Como pretendes que otro guarde tu secreto si tú mismo, al confiárselo, no los has sabido guardar.
Conocer las cosas que lo hacen a uno desgraciado, ya es una especie de felicidad.