La felicidad que da el dinero está en no tener que preocuparse por él.
La felicidad radica, ante todo, en la salud.
La felicidad recupera en altura lo que le falta en longitud.
La felicidad reúne, pero el dolor une.
La felicidad siempre viaja de incógnito. Sólo después que ha pasado, sabemos de ella.
La felicidad también deja marcas. Pero pocas veces son indelebles.
La felicidad, como el arco iris, no se ve nunca sobre la casa propia, sino sólo sobre la ajena.
La felicidad, como la infelicidad, es una elección proactiva.
La felicidad, en el amor, es un estado anormal, capaz de dar inmediatamente al accidente en apariencia mas sencillo y que siempre puede suceder, una gravedad que nunca podría comportar por si mismo. Lo que nos hace tan felices es la presencia en el corazón de algo inestable, que nos las arreglamos para mantener perpetuamente y de lo que no nos damos cuenta mientras no esta desplazado.
La gente busca la felicidad como un borracho busca su casa, sabe que existe pero no la encuentra.
La igualdad hace disminuir la felicidad del individuo, pero abre la vía para la ausencia de dolor de todos. Al final de la meta estaría ciertamente la ausencia de dolor, pero también la ausencia de felicidad.
La lluvia tiene un vago secreto de ternura, algo de soñolencia resignada y amable. Una música humilde se despierta con ella que hace vibrar el alma dormida del paisaje.
La manera de conseguir la felicidad es haciendo felices a los demás.
La máxima felicidad del matrimonio, cosa que los jóvenes ignoraran siempre, es la de envejecer juntos.
La melancolía es la felicidad de estar triste.
La misma esperanza deja de ser felicidad cuando va acompañada de la impaciencia.
La naturaleza no quiere la felicidad.
La noche la noche de hilo en hilo de secreto en secreto gota a gota quemante.
La primera felicidad de un niño es saber que es amado.
La prudencia es la base de la felicidad.
La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más.
La soledad no trae felicidad.
La suprema felicidad de la vida es saber que eres amado por ti mismo o, más exactamente, a pesar de ti mismo.
La única manera de multiplicar la felicidad es compartirla.
La única porción de fortuna es la felicidad familiar.