"Sé al menos mi enemigo": así habla el verdadero respeto que no se atreve a implorar amistad.
Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto.
El respeto a la vida es fundamento de cualquier otro derecho, incluidos los de la libertad.
El vínculo que une a tu auténtica familia no es de sangre, sino de respeto y goce mutuo.