Solo la muerte, salva al hombre de su propia muerte.
Sólo la propia y personal experiencia hace al hombre sabio.
Solo las ilusiones nos ayudan a vivir. Un hombre que supiese toda la verdad, debería sentarse al borde de un camino y llorar hasta la muerte.
Sostengo que cuanto más indefensa es una criatura, más derechos tiene a ser protegida por el hombre contra la crueldad del hombre.
Soy el hombre más sencillo que existe, pero cuando siento un "grito" en mí, no acepto transformarlo en una "vocecilla" para complacer a los mudos y a los tartamudos. Pues yo no deseo agradar a nadie, ni tener discípulo ni ser discípulo. He venido a este mundo por algunos instantes y quiero lanzar un grito y partir. Nada más.
Soy hombre, nada humano me es ajeno.
Soy un hombre apasionado del viento, por él hubiera dado toda mi vida.
Suelen decir que el hombre que apetece soledad tiene mucho de dios o de bestia.
Tal como un hombre inteligente no teme parecerle tonto a otro hombre inteligente, el hombre elegante no tendrá miedo de que su elegancia pase inadvertida al gran señor, sino al patán. Las tres cuartas partes de los alardes de ingenio y mentiras vanidosas que los hombres han prodigado, rebajándose, desde que el mundo es mundo, iban dirigidas a inferiores.
Tal vez suceda que una vez cada siglo la alabanza eche a perder a un hombre o lo haga insufrible. Pero es seguro que una vez cada minuto algo digno y generoso muere por falta de elogio.
Tales obres son como espejos: si se mira un mono es imposible que refleje un hombre.
También a un gran hombre lo puede exasperar una miserable mosca.
También es el filósofo, digámoslo de pasada, el hombre que no quisiera dar nunca en el blanco sobre el cual dispara y para ello lo pone más allá del alcance de toda escopeta.
Tan sólo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él.
Temblad ante el esclavo cuando rompe sus cadenas, no tembléis ante el hombre libre.
Teme al hombre de un solo libro.
Temed el amor de la mujer más que el odio del hombre.
Tengamos fe en la religión y en la libertad, las dos únicas cosas grandes del hombre: la gloria y el poder son deslumbrantes, no grandes.
Teniendo en cuenta la naturaleza humana, ejercer el poder sobre el sustento de un hombre equivale a ejercer el poder sobre su voluntad.
Tiene ingenio el hombre que dice aquello que nosotros habríamos dicho si se nos hubiera ocurrido antes.
Toda la naturaleza es como un arte desconocido del hombre.
Todas las criaturas se sienten o pueden sentirse satisfechas de sí mismos, excepto el hombre; lo que demuestra que su existencia no esta limitada a este mundo como la del resto de las cosas.
Todas las obras del hombre tienen su origen en la fantasía creadora. ¿Qué derecho tenemos entonces a la amortización de la imaginación?.
Todas las profecías cuentan que el hombre creará su propia destrucción. Pero los siglos y la vida que siempre se renueva engendraron también una generación de amadores y soñadores; hombres y mujeres que no soñaron con la destrucción del mundo, sino con la construcción del mundo de las mariposas y los ruiseñores.
Todo cabe en lo breve. Pequeño es el niño y encierra al hombre; estrecho es el cerebro y cobija el pensamiento; no es el ojo más que un punto y abarca leguas.