Nadie a la libertad tiene derecho, cuando no hace hábito y gala de respetar la libertad ajena.
Nadie desaparece del todo de la vida de uno, si ha sabido imprimir buenas huellas en el recuerdo.
Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar.
Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña.