Ya no habrá días turbios... ya no habrá noches malas si hay un amor secreto que nos presta sus alas
Yo conozco al pueblo: cambia en un día. Derrocha pródigamente lo mismo su odio que su amor.
Yo no me encuentro a mí mismo cuando más me busco. Me encuentro por sorpresa cuando menos lo espero.
Yo no sé desde dónde, hacia dónde, ni cuándo regresarás... sé sólo que te estaré esperando
¡ay de los pueblos gobernados por un poder que ha de pensar en la conservación propia!.
¡Ay los vicios humanos! Son ellos los que contienen la prueba de nuestro amor por el infinito.
¡cosa curiosa! el primer síntoma del amor en un joven, es la timidez; en una joven, es la audacia.