Como un camino en otoño: tan pronto como se barre, vuelve a cubrirse de hojas secas.
Como un guante famélico el día se me escapa de los dedos.
Como un mar, alrededor de la soleada isla de la vida, la muerte canta noche y día su canción sin fin.
Como un panal disuélvome en dulzura, desfallezco de todo: de ternura, de claridad, del éxtasis de verte...
Como un último retrato, en nuestros ojos impresas lucirán nuestras miradas.
Como vives, juzgas.
Cómo vivir sin verte si se que pertenezco a esa región en donde la emoción le gana siempre a la razón, porque Argentina tiene locas golondrinas en el corazón, en donde la esperanza, siempre inventa algún color, y la gente no se cansa de soñar y dar amor.
Cómo vivir sin verte, si lejos de tu sol no se vivir.
Como ya es usual, siempre hay una gran mujer detrás de cada idiota
Compórtate con tu mujer como te comportarías con la de otro.
Con amor te desnudo. Quedas como mi carne. Como mi corazón y sus latidos.
Con el submarino ya no habrá mas batallas navales como seguirán inventándose instrumentos de guerra cada vez mas perfeccionados y terroríficos, la guerra misma será imposible.
Con frecuencia, algunos buscan la felicidad como se buscan los lentes cuando se tienen sobre la nariz.
Con la mayoría de la gente rica, el placer de los ricos consiste en el desfile de la riqueza, el cual a sus ojos nunca es tan completo como cuando demuestran poseer esas marcas decisivas de la opulencia que nadie puede poseer salvo ellos.
Con las leyes pasa como con las salchichas, es mejor no ver como se hacen.
Con lo que odio las aguas quietas, digo, me exaspera la gente sosegada: la que arrulla que te arrulla el sueño de que el tiempo pasado fue mejor; la que no dice, ¡ejem!, esta boca es mía, este país es mío; la gente que joroba por quitarnos el aire con sus quejas de hipocondría pura y que hoy, como siempre, se la encuentra sembrando una rosa y cortando un clavel.
Con su propio rincón, junto a un ser querido que le escucha como usted me escucha ahora, ángel mío, con la boca y los ojos abiertos en una noche de invierno.
Confía en los hombres y te serán leales. Trátalos como a grandes señores y se comportarán como tales.
Conocí a un genio en el tren hoy como de 6 años de edad se sentó a mi lado y mientras el tren avanzaba a lo largo de la costa llegamos hasta el océano entonces él me miró y dijo, no es hermoso. Fue la primera vez que me percaté de ello.
Considera las contrariedades como un ejercicio.
Consideremos los lirios del campo cuya fragancia es efímera; nosotros somos como ellos, la flor desaparece y se pierde el aroma.
Considero la pobreza como algo obsceno. Y creo que la teoría de que el mercado libre se encargará de todo es un absurdo y una obscenidad más. El llamado mercado libre de lo que se preocupa es de enriquecer a las corporaciones más poderosas. Creo que la última tendencia del mercado libre es que los pobres sean aún más pobres.
Contra mis enemigos, terco y rudo, esgrimiré en la lid, que no me apoca, por lanza mi razón y como escudo mi carácter más firme que una roca.
Cosas quiero, como una gran ola de ternura deshaciéndome un ruido de caracol, un cardumen de peces en la boca, algo de eso frágil y desnudo, como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la mañana, o simplemente una semilla, un árbol, un poco de hierba.
Crear es tan difícil como ser libre.