Bosque en verano. Del que penetra ni la más mínima huella.
Shiki Masaoka
¡Qué soledad! Después de los juegos artificiales una estrella fugaz.
Shiki Masaoka
En todo el monte hierbas nuevas reflejan el sol naciente.
Shiki Masaoka
Una nube blanca cuchichea a su paso sobre los bananos.
Shiki Masaoka
Con mucho esfuerzo pude colgar la lámpara entre tantas flores.
Shiki Masaoka
Soñando cada año en los crisantemos eueño por ellos.
Shiki Masaoka
El río en invierno. El agua no es suficiente para cuatro o cinco patos.
Shiki Masaoka
Campo de escarcha. A la loca del pueblo le ladra un perro.
Shiki Masaoka
Ellos contemplan el océano en junio. Los Budas al fondo del templo.
Shiki Masaoka
Torbellino de hojas muertas vienen de lejos. El otoño llega a su fin.
Shiki Masaoka
Que distinto el otoño para mí que voy para tí que quedas.
Shiki Masaoka
Ola de calor las flores del ciruelo se dispersan por el pedregal.
Shiki Masaoka
Diez años de trabajo para pagar mis estudios. ¡El techo gastado!.
Shiki Masaoka
Soledad en invierno. Quisiera hacer una pregunta al Buda.
Shiki Masaoka
La campana del templo para de sonar y brilla. Ah la luciérnaga.
Shiki Masaoka
Una extremidad Apoyado sobre la montaña el río celeste.
Shiki Masaoka
Viento de otoño; no hay para mí dioses, no hay budas.
Shiki Masaoka
Atardecer primaveral. ¿Qué lee el hombre que no tiene mujer?.
Shiki Masaoka
La gran limpieza. Todos los dioses y Budas amontonados en la hierba.
Shiki Masaoka
El día de año nuevo el principio de la Armonía del cielo y la Tierra.
Shiki Masaoka
En el gran buda la ausencia de entrañas. Ah que frescor.
Shiki Masaoka
Lluvia de otoño. Las hortensias se deciden por el azul.
Shiki Masaoka
El caracol levanta su cabeza: se me parece.
Shiki Masaoka
Crepúsculo matinal. El hocico de la rana exhala la luna.
Shiki Masaoka
Confusas entre los pétalos alas de pájaros.
Shiki Masaoka