Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.
A fuerza de hablar de amor, uno llega a enamorarse. Nada tan fácil. Esta es la pasión más natural del hombre.
Amor no tiene nada que ver con lo que esperas conseguir, sólo con lo que esperas dar; es decir, todo.
Amor significa unión, y nada ya nos une, ni labios ni vida.
Chau, amor mío, pero el desencanto puede ser tán fuerte por quererte tanto que ni aún la muerte pueda ahogar el llanto de mi soledad.
Con amor y aguardiente, nada se siente.
El amor es fuerte como la muerte; los celos son crueles como la tumba.
El amor nace de nada y muere de todo.
El amor no da ni toma nada, excepto de sí mismo.
El amor por la fuerza nada vale, la fuerza sin amor es energía gastada en vano.
El amor verdadero empieza cuando no se espera nada a cambio.
El literato de puerta cerrada no sabe nada de la vida. La política, el amor, el problema económico, el desastre cordial de la esperanza, la refriega directa del hombre con los hombres, el drama menudo e inmediato de las fuerzas y las direcciones contrarias de la realidad, nada de esto sacude personalmente al escritor de puertas cerradas.
En amor la experiencia no cuenta para nada; porque si contase no se volvería a amar.
En el amor no se trata de contarlo todo, se trata de no ocultar nada.
En este mundo no hay nada cierto, excepto la muerte y los impuestos.
La mayoría de las personas tienen miedo a la muerte porque no han hecho nada de su vida.
Las caricias son muy fáciles y no demuestran nada; la única verdadera prueba de amor que puede darse al otro, es la de sufrir en su lugar.
Las cigarras van a la muerte y su canto nada nos dice.
Nada es pequeño en el amor. Aquellos que esperan las grandes ocasiones para probar su ternura no saben amar.
Nada hay, para el amor, como la tierra; ignoro si existe mejor sitio.
Nada más santo en esta vida nuestra que la primera revelación del amor, el palpitar primero de sus alas de seda.
No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aun si los hombres la conocen y la aceptan, es una violencia indebida.
No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea.
No hay nada tan cierto en el mundo como la muerte y los impuestos.
Nuestro amor puede ser lo que tú quieras, hoy tan sólo es mi sueño..., nada más.