El hombre nunca mira al cielo porque siempre lo tiene a la vista.
El hombre que sabe gastar y ahorrar es el más feliz, porque disfruta de ambas cosas.
El mayor desorden de la mente consiste en creer que las cosas son de cierta manera, porque nosotros deseamos que asi sean.
El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve.
El optimismo es el rasgo humano más importante, porque nos permite mejorar nuestra situación y esperar un mañana mejor.
El pecador debe arrepentirse. Pero ¿por qué? Sencillamente porque de otro modo sería incapaz de darse cuenta de lo que ha hecho. El momento del arrepentimiento es el momento de la iniciación.
El peor temor del mundo es temer a temer.
El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió.
El público es más inteligente de lo que él mismo cree, pero no hay que decírselo, porque si no se vuelve aún más impertinente de lo que es de por sí.
El que da porque le den, engañado debe ser.
El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.
El que me coacciona pretende hacerlo porque sus razones son fuertes; pero realmente lo hace porque son débiles.
El que no aplique nuevos remedios debe esperar nuevos males, porque el tiempo es el máximo innovador.
El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.
El que teme sufrir ya sufre el temor.
El que tiene un porqué para vivir sabe soportar el cómo.
El sabio es sabio porque ama. El loco es loco porque piensa que puede entender el amor.
El sexo no es bueno, porque destroza la ropa.
El sufrimiento es el medio por el cual existimos, porque es el único gracias al cual tenemos conciencia de existir.
El sufrimiento,una vez encarado sin temor, era su pasaporte hacia la libertad.
El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del hombre, porque indudablemente es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras.
El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma.
El temor es siempre la confesión de una debilidad que desaconseja la lucha y no quiere ni ver al adversario.
El temor es un interés que se paga por una deuda que no tienes.
El temor y la esperanza nacen juntos y juntos mueren.