Cuando no sopla el viento, incluso la veleta tiene carácter.
Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él.
Cuando saltes de alegría, cuida de que nadie te quite la tierra debajo de los pies.
Cuando se tiene cierta moral de combate, de poder, hace falta muy poco para dejarse llevar, para pasar a la embriaguez, al exceso.
Cuando se tiene la "cabeza a pájaros" hay que andarse con "pies de plomo".
Cuando se tienen muchas cosas que meter en él, el día tiene cien bolsillos.
Cuando se trabaja no se tiene tiempo de ganar dinero.
Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta.
Cuando tiene que decidir el corazón es mejor que decida la cabeza.
Cuando transcurre el tiempo cada cosa tiene su momento. Nuevas cosas acontecen mientras las cosas anteriores envejecen.
Cuando tres marchan juntos, tiene que haber uno que mande.
Cuando uno se da cuenta de que algo no marcha, tiene que estar dispuesto a rebelarse y arreglar las cosas. En cambio, lo que vemos es una queja eterna, una crítica eterna de lo que no marcha bien, cuando lo cierto es que no todo anda mal, hay cosas que van mal y muchas otras que van bien; y el principal motivo de que algunas cosas no funcionen es la propia incapacidad de los hombres para adaptarse a la vida que ellos mismos han creado, esa es la verdad.
Cuando uno tiene motivos de quejarse de un amigo, conviene separarse de él gradualmente, y desatar, más bien que romper los lazos de la amistad.
Cuánto más inteligente, profunda y sensible es una persona, más probabilidades tiene de cruzarse con la tristeza.
Da el sartenazo quien tiene la sartén por el mango.
Dar gracias a dios por lo que se tiene, allí comienza el arte de vivir.
Darle castañas al castañero, tiene salero.
Darse no tiene sentido más que si uno se posee.
De hambre a nadie vi morir, de mucho comer, cien mil.
De mujer que es madre, nadie nunca mal hable.
De nadie esperes lo que por ti mismo hacer pudieres.
Debe entenderse que todos somos educadores. Cada acto de nuestra vida cotidiana tiene implicancias, a veces significativas. Procuremos entonces enseñar con el ejemplo.
Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos.
Derecho, camino adelante… no se puede ir muy lejos.
Desagradecido es el que agradeciendo tiene ojo a otro segundo beneficio.