Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón.
Existe un solo procedimiento para ser feliz merced al corazón, y es no tenerlo.
Guardarme de la violencia, ya se exprese mediante la lengua, el puño o el corazón.
Hay que mantener sujeto el corazón; pues cuando se lo suelta no se tarda en perder la cabeza.