Las innovaciones deben introducirse poco a poco, casi insensiblemente.
Las inteligencias poco capaces se interesan en lo extraordinario; las inteligencias poderosas en las cosas ordinarias.
Las mujeres desconfían demasiado de los hombres en general y muy poco en particular.
Las ondas del chapoteo derriten poco a poco el hielo del estanque.
Las palabras son como las hojas; cuando abundan, poco fruto hay entre ellas.
Las personas afortunadas se corrigen poco: Creen tener siempre razón mientras la fortuna sostiene su mala conducta.
Las personas necesitan un poco de locura, de otro modo nunca se atreven a cortar la soga y liberarse.
Las personas que hacen poco ruido son peligrosas.
Levanta hacia mí tus ojos, tus ojos lentos, y ciérralos poco a poco conmigo dentro.
Lo mucho se vuelve poco con sólo desear otro poco más.
Lo poco es poco, pero nada es menos.
Lo poco que conozco del matrimonio procede de lo mucho que sé del divorcio.
Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en aprender.
Lo poco que sé es fruto de mi ignorancia.
Lo que cuesta poco se estima en menos.
Lo que está delante de nosotros y lo que está detrás es poco importante comparado con lo que reside en nuestro interior.
Lo que hace que la mayoría de las mujeres sean tan poco sensibles a la amistad es que la encuentran insípida luego de haber probado el gusto del amor.
Los arquitectos tenemos la manía de la utopía y es porque conocemos tan poco nuestra tierra que ni la queremos.
Los buscadores de oro cavan mucho y hallan poco.
Los científicos necesitamos especialmente la imaginación. No bastan las matemáticas ni la lógica: Necesitamos algo de estética y poesia.
Los defectos son muchos cuando el amor es poco.
Los hijos aprenden poco de las palabras; sólo sirven tus actos y la coherencia de éstos con las palabras.
Los hombres están impacientes por mejorar sus circunstancias, pero son poco los que están dispuestos a mejorarse; por lo tanto siguen estando en las mismas circunstancias.
Los matemáticos son un poco como los franceses: cuando se les dice algo, lo traducen a su lengua y al punto pasa a ser otra cosa.
Los que llevan condecoraciones son como las tiendas de poco género que todo lo exhiben en el escaparate.