Prefiero que me incineren a que me sepulten y ambas cosas a un fin de semana con mi mujer.
Querer las mismas cosas y no querer las mismas cosas, esa, en el fondo, es la verdadera amistad.
Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas.
Sería absurdo que nosotros, que somos finitos, tratásemos de determinar las cosas infinitas.