Tanto el creyente como el no creyente son seres humanos. Debemos tenernos un gran respeto.
Tanto en el científico como en el poeta, hay que honrar el desinterés del pensamiento.
Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto.
Tarea delicada la de apaciguar muchedumbres, porque hacer mucho puede ser tan funesto como no hacer nada.
Te amo como si fueras la mujer de otro.
Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz.
Te levantarás como una ola tempestuosa en el río de mis versos, y no lavaré de mis manos las huellas de tu perfume.
Te quiero como gata boca arriba, panza arriba te quiero, maullando a través de tu mirada, de este amor jaula violento, lleno de zarpazos como una noche de luna y dos gatos enamorados discutiendo su amor en los tejados, amándose a gritos y llantos, a maldiciones, lagrimas y sonrisas (de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría).
Te trato como a mi amigo pidiéndote que compartas mis menos del presente en la esperanza de poder pedirte que compartas mis más del futuro.
Teméis todas las cosas como mortales y todas las deseáis como inmortales.
Ten cuidado por la forma en que tratas a la gente. Las cosas que haces tienen una forma divertida de volver hacia ti.
Ten una voz, mujer, que sea cordial como mi verso y clara como una estrella.
Tenemos bastante religión como para odiarnos, pero no suficiente como para amarnos.
Tener dinero es como ser rubia: es más divertido, pero no de vital importancia.
Tener ego significa creer en tu propia fuerza. Y también estar abierto a la visión de otra gente. Es estar abierto, no cerrado. Por tanto, si, mi ego es grande, pero también es muy pequeño en algunas áreas. Mi ego es responsable de hacer lo que estoy haciendo -bien o mal.
Tengo que admirar profundamente a alguien para valorarlo como amigos.
Tienes que saber como aceptar el rechazo y como rechazar la aceptación.
Tierno como un suspiro, atento como un escultor, apasionado como el fuego, tu amor, mi amor.
Toda filosofía guarda algo de los sofismas frente a los cuales se erige como verdad.
Toda la naturaleza es como un arte desconocido del hombre.
Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar largo tiempo.
Todas las cosas ya fueron dichas, pero como nadie escucha es preciso comenzar de nuevo.
Todas las historias terminan mal más tarde o más temprano, se trata de seguir leyendo hasta que llegue algo malísimo que siempre pasa. Las únicas que terminan bien son las fragmentarias.
Todo amor, como experiencia, es absolutamente original.
Todo depende de cómo vemos las cosas y no de como son en realidad,