A mí dadme lo superfluo, que lo necesario todo el mundo puede tenerlo.
A mujer bonita o rica, todo el mundo la critica.
A nadie pedí la vida. Me esfuerzo por aceptar, sin júbilo ni rabia, todo lo que la vida ofrece. Partiré sin preguntar al prójimo acerca de mi curiosa permanencia en este mundo.
A perro flaco todo son pulgas.
A pesar de todo, me llueven luceros, invento un idioma diciendo te quiero.
A todo hombre le es concedido conocerse a sí mismo y meditar sabiamente.
A todo se acostumbra uno en esta vida, menos a no comer.
A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana, con un amor que es más grande que yo toda, que me supera y me envuelve como un océano donde todo el misterio se resuelve en espuma...
A todos nos gustaría haber sabido todo antes.
A veces creo que el mal es todo y que el bien es sólo un bello deseo del mal.
A veces hallo tan grande a la miseria que temo necesitar de ella.
Acción es todo lo que vence a la razón.
Aceptar la injusticia no es una virtud, sino todo lo contrario.
Acepto todo lo que hubo. Nunca busqué mejor suerte. ¡Acaso hay algo mejor que haber amado!.
Adiós, mi amor querido. Gracias por todo lo que me diste,y gracias por cada vez que vuelvas a pensar en mí.
Afronta tu camino con coraje, no tengas miedo de las críticas de los demás. Y, sobre todo, no te dejes paralizar por tus propias críticas.
Agradece todo lo que te sucede en la vida, son todas experiencias.
Agua por mayo, pan para todo el año.
Ajeno es todo lo que nos viene en deseo.
Al comprenderme a mí misma quiero comprender a los demás. Quiero realizar todo lo que soy capaz de hacer.
Al contacto del amor todo el mundo se vuelve poeta.
Al fin todo se hundió... y tu mirada se torció y se deshizo en un cielo turbio y revuelto... Y ya no vi más que mis lágrimas.
Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos.
Al público no hay que dárselo todo masticado, como si fuera tonto. A diferencia de otros directores que dicen que dos y dos son cuatro, Lubitsch dice dos y dos... y eso es todo. El público saca sus propias conclusiones.
Al que todo lo pierde, le queda Dios todavía.