Sólo los que intentan lo absurdo pueden lograr lo imposible.
Sólo los sabios más excelentes, y los necios más acabados, son incomprensibles.
Sólo los sueños y los recuerdos son verdaderos, ante la falsedad engañosa de lo que llamamos el presente y la realidad.
Sólo los superficiales llegan a conocerse a sí mismos.
Sólo los tontos han creado progresos en el mundo, porque los listos se han adaptado a lo que había sin necesidad de inventar.
Sólo los tontos tienen muchas amistades. El mayor número de amigos marca el grado máximo en el dinamómetro de la estupidez.
Sólo los verdaderamente apasionados pueden ser verdaderamente fríos.
Sólo los verdaderos amigos nos dicen que tenemos la cara sucia.
Sólo nos damos cuenta de la traición y de la amistad cuando ambas se cruzan... Allí podemos distinguirlas y compararlas, sentirlas y despreciarlas. El corazón no siente si los ojos no ven; pues, mis ojos ya vieron.
Sólo nos damos cuenta del valor del idioma cuando debemos escribir un telegrama.
Sólo obedeciéndola se doblega a la naturaleza.
Sólo para vosotros viven todas las cosas bajo el sol.
Sólo paz y libertad son indispensables para el poeta, porque también le pueden quitar esa paz y esa libertad; y no la libertad común, sino la libertad creadora, la libertad secreta.
Sólo pensar en traicionar es ya una traición consumada.
Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de valor.
Sólo podemos dominar la naturaleza si la obedecemos.
Sólo por nuestras obras, por nuestra accion, podemos saber de nuestra vida.
Solo porque te traten mal no quiere decir que tengas que tratar mal a los demás. Si alguien te trata mal, dile que no lo vuelva a hacer o aléjate.
Sólo publican memorias aquellas personas que ya han perdido totalmente la memoria.
Sólo puede ser justo quien es capaz de ponerse en el lugar de otros.
Sólo quien encuentra vida puede encontrar tesoros.
Sólo quien es feliz puede repartir felicidad.
Sólo quien no repara la falta que ha cometido (no se enmienda) incurre de veras en falta.
Sólo quien sabe cuidar lo ajeno puede poseer lo propio.
Sólo quieres lo que no puedas tener y las cosas que en realidad te importan un comino son las que se te presentan en bandeja.