Lo bello es siempre raro. Lo que no es ligeramente deforme presenta un aspecto inservible.
Lo que hacemos no es nunca comprendido, y siempre es acogido sólo por los elogios o por la crítica.
Lo que se hace con precipitación nunca se hace bien; obrar siempre con tranquilidad y calma.
Lo que siempre pasa es aquello en lo que uno cree realmente; y creer en algo hace que pase.
Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado.
Los conceptos son de todos y se nos imponen desde fuera; las intuiciones siempre son nuestras.