El buen gusto estropea ciertos valores espirituales auténticos: como el propio gusto.
El comienzo de todos los saberes es la admiración ante el hecho de que las cosas sean como son.
El daño que hacemos no nos trae tantas persecuciones y odios como nuestras buenas cualidades.
El derecho y el deber son como las palmeras: no dan frutos si no crecen uno al lado del otro.
El dinero es un estiércol estupendo como abono, lo malo es que muchos lo toman por la cosecha.