No me siento viejo porque tenga tantos años tras de mí, sino por los pocos que tengo por delante.
No podemos arrancar una página del libro de nuestra vida, pero podemos tirar todo el libro al fuego.
No podría definirme como ateo, porque declararme ateo correspone a una certidumbre que no poseo.
No quiero pensar porque no quiero que el dolor del corazón se una al dolor del pensamiento.
No sé cual es la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar agradar a todo el mundo.