Para quien ama la lisonja, es enemigo quien no es adulador.
Para quien canto yo entonces? si los humildes nunca me entienden (...) Yo canto para esa gente, porque también soy uno de ellos, ellos escriben las cosas, y yo les pongo melodía y verso.
Para quien tiene miedo, todo son ruidos.
Para quienes ambicionan el poder, no existe una vía media entre la cumbre y el precipicio.
Para quienes no ansían sino ver, hay luz bastante; más para quienes tienen opuesta disposición, siempre hay bastante oscuridad.
Para realizar una acción positiva, debemos desarrollar aquí una visión positiva.
Para reducir lo infinito a lo finito, lo inasequible a lo humanamente real, no hay más que un camino: la concentración.
Para rehusar curarte, te pide cuernos de perro. (una manera de rehusar cualquier cosa a cualquiera es pedirle una cosa imposible, como cuernos de perro).
Para rezar a Dios con devoción no hace falta creer en Dios según los dogmas de ninguna religión.
Para saber algo, debes saber lo opuesto.
Para saber algo, no basta con haberlo aprendido.
Para saber hablar es preciso saber escuchar.
Para ser arquitecto hace falta tener un sueño, ideales y la energía física para mantenerlo, y espero que los jóvenes tengan esos sueños y esa energía que los ayude a mantenerlos.
Para ser bueno basta practicar tres cosas y todo te resultará a pedir de boca. ¿cuáles son estas tres cosas?: alegría, estudio y piedad.
Para ser exitoso, tienes que dejar tu ego al fondo e intentar ser diplomático para conseguir lo que quieres.
Para ser feliz hace falta, sobre todo, estar conforme con uno mismo.
Para ser feliz hay que estar enamorado.
Para ser feliz hay que vivir en guerra con las propias pasiones y en paz con las de los demás.
Para ser humilde se necesita grandeza.
Para ser libres hay que ser esclavos de la ley.
Para ser realmente grande, hay que estar con la gente, no por encima de ella.
Para ser un hombre de estado, primero debes ser elegido.
Para ser un hombre superior en los negocios no se trata de adquirir cualidades, sólo se trata de perder algunas.
Para servir a la patria nunca sobra el que llega ni hace falta el que se va.
Para surcar mejores aguas despliega ahora las velas la navecilla de mi ingenio, que deja tras de sí un mar tan cruel.