Para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios.
Para el que cree no es necesaria ninguna explicación; para quien no cree, toda explicación sobra.
Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.
Para entender lo que es la recursividad, hay que entender primero lo que es la recursividad.
Para hacer ejercicio, pasee con alguien que le acompañe de buen grado, preferentemente un perro.