Las mejores palabras son aquellas que encierran un profundo significado y, al mismo tiempo, resultan comprensibles para todo el mundo.
Las miradas que ya al conocer se hablan entre sí en la distancia, no hacen falta palabras...qué más da!, si ya interpretamos lo que claman.
Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.
Las mujeres necesitamos la belleza para que los hombres nos amen, y la estupidez para que nosotras amemos a los hombres.
Las palabras antiguas son las mejores, y las breves, las mejores de todas.
Las palabras ásperas hieren más de una flecha envenenada.
Las palabras de aliento después de la censura son como el sol tras el aguacero.
Las palabras de oro van a menudo seguidas de actos de plomo.
Las palabras de un hombre muerto se modifican en las entrañas de los vivientes.
Las palabras deshonran cuando no llevan detrás un corazón limpio y entero.
Las palabras deshonran cuando no llevan detrás un corazón limpio y entero. Las palabras están de más, cuando no fundan, cuando no esclarecen, cuando no atraen, cuando no añaden.
Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes.
Las palabras es todo lo que tenemos.
Las palabras están llenas de falsedad o de arte; la mirada es el lenguaje del corazón.
Las palabras hacen versos, únicamente el corazón es poeta.
Las palabras han de expresar con fidelidad nuestro pensamiento.
Las palabras que no satisfagan al oyente, le causan fastidio y disgusto; ello se manifiesta generalmente por copiosos bostezos. Cuando hables, pues, a hombres cuya benevolencia quieres captarte, si observas en ella tales muestras de aburrimiento, abrevia tu discurso o cambia de terna; si no lo haces, recogerás en vez de la benevolencia que deseas, odio y enemistad.
Las palabras se las lleva el viento.
Las palabras son como las abejas, tienen miel y aguijón.
Las palabras son como las hojas; cuando abundan, poco fruto hay entre ellas.
Las palabras son enanos, los ejemplos son gigantes.
Las palabras son inútiles, tercas, retorcidas como tornillos que no entran rectos. Y me cansan. Pero son lo único que tengo.
Las palabras son la configuración acústica de las ideas.
Las palabras son las hojas, los actos son los frutos.
Las palabras verdaderas no son agradables, y las agradables no son verdaderas.