Cuando el día está bonito, sí, bonito
y no importa si el gobierno entero se va al carajo.
Cuando el esqueleto se despierta sin quejas
y en la terraza el sol entiende la piel de la vejez.
Cuando Dios te da un don, también te da un látigo, y el látigo es únicamente para autoflagelarse.
Las tristezas no se quedan para siempre cuando caminamos en dirección a lo que siempre deseamos.
...Para mí, era el pan, era la nieve; ya la nieve no es blanca, el pan no sabe a nada.
A fin de cuentas las opiniones no son más importantes que las personas como para separarlas.