No existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos.
No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.
No puedo darte la formula del éxito, pero si la del fracaso: Trata de complacer a todos.
No sé cual es la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar agradar a todo el mundo.
No te limites en acción, y que el fracaso no sea una opción.
No temas a truenos ni a ratones, ni brujas ni supersticiones.
No temas ni a la prisión, ni a la pobreza, ni a la muerte. Teme al miedo.
Nunca es definitivo el éxito, ni perenne el fracaso.
Si la guerra es el fracaso de la diplomacia, entonces. . . La diplomacia, bilateral y multilateral, es nuestra primera línea de defensa. El mundo, hoy en día, gasta miles de millones preparándose para la guerra; ¿no deberíamos gastar uno o dos mil millones preparándonos para la paz?.
Sólo se aprende a través del fracaso, y lo que se aprende es la importancia de la previsión.
Te espero sin plazo ni tiempo. No temas noche, neblina ni aguacero. Acude con sendero o sin sendero. Llámame a donde tú eres, alma mía, y marcha recto hacia mí, compañero.
Todo fracaso es el condimento que da sabor al éxito.
Todos miden su éxito por el fracaso de los demás.
Un fracaso en el teatro, por ejemplo, es para mí más estimulante que el éxito. ¿qué hacer en caso de éxito sino bajar la mirada e intentar mostrarse modesto? en caso de fracaso, al contrario, hay que recordarle a la ‘troupe’ desconsolada que no es el fin del mundo, que, al fin y al cabo, hemos pasado un buen rato juntos.
Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo.
Yo nunca busco temas, dejo que los temas me busquen y yo los eludo, pero si el tema insiste, yo me resigno y escribo.