Nunca nada es tan claro como se ve en el cine. La mayoría de las personas no saben lo que desean o lo que sienten. Solamente en las - películas se sabe bien cuáles son los problemas y cómo resolverlos.
Nunca ocurre nada los domingos. Nunca encuentras un nuevo amor en domingo. Es el día de los infelices.
Nunca pelees con quien nada tiene que perder.
Nunca se es más activo que cuando no se hace nada; nunca se está menos solo que cuando nadie le acompaña a uno.
Obró mucho el que nada dejó para mañana.
Oh, amada esperanza, aquel día sabremos, también, que eres la vida y eres la nada.
Para adelgazar no hay nada como comer caviar sin pan y beber champán sin burbujas.
Para comprender, me destruí. Comprender es olvidarse de amar. No conozco nada más al mismo tiempo falso y significativo que aquel dicho de Leonardo da Vinci de que no se puede amar u odiar una cosa sino después de haberla comprendido.
Para el escritor hay una cuestión de honor intelectual en no escribir nada susceptible de prueba, sin poseer antes ésta.
Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad.
Para que nada nos separe que nada nos una.
Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.
Para ti lo infinito o nada; lo inmortal o ésta muda tristeza que no comprenderás...
Para triunfar es necesario, más que nada, tener sentido común.
Parece indefensa Cuando nada La rana.
Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria.
Perdón es una palabra que no es nada, pero que lleva dentro semillas de milagros.
Perdona a todos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta.
Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más.
Perdonamos fácilmente a nuestros amigos los defectos en que nada nos afectan.
Perdónaselo todo a quien nada se perdona a sí mismo.
Pero hasta tanto que llegue ese momento amenazador nuestro héroe no desea nada, porque está por encima del deseo, porque está saciado, porque es artista de su propia vida y se forja cada hora según su propia voluntad.
Pero lo grande, la tremenda verdad es ésta: sufrir no sirve de nada.
Por lo que doy la vida, a veces no daría nada, pero siempre doy la vida.
Por todas las evidencias estamos en el mundo para no hacer nada.