No se puede decir nada tan absurdo como para que no haya sido dicho por algún filósofo.
No se puede enseñar nada a un hombre; sólo se le puede ayudar a descubrirlo en su interior.
No, nada llega tarde, porque todas las cosas tienen su tiempo justo, como el trigo y las rosas
Nos hemos de liberar de la falsa idea de que la fe ya no tiene nada que decir a los hombres de hoy.