Que hablen de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen.
Qué me importa que Dios no exista mientras otorgue divinidad al hombre.
Que nada me pertenezca. Sólo la paz del corazón y el frescor del aire.
Que nadie elogia a la felicidad... por eso dicen que en la mitad de la vida en nada se diferencian los felices de los desgraciados.
Qué orgullo descubrir que nada te pertenece: qué revelación.
Que un hombre muera por una causa no significa nada en cuanto al valor de la causa.
Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta.
Quien casa una hija, gana un hijo.
Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro.
Quien debe y paga, no debe nada.
Quien dice la verdad, casi no dice nada.
Quien ha dejado de agradar pierde el derecho de hacer reproches.
Quien no añade nada a sus conocimientos, los disminuye.
Quien no sabe bailar dice que los tambores no valen para nada.
Quien no se resuelve a cultivar el hábito de pensar, se pierde el mayor placer de la vida.
Quien no tiene nada individual de qué envanecerse se envanece de haber nacido aquí o allí.
Quien no tiene que esperar, de nada debe desesperarse.
Quien nunca haya cometido un error, nunca ha intentado algo nuevo.
Quien pierde su fe no puede perder más.
Quien se pierde en su pasión, pierde menos que el que pierde la pasión.
Quien tiene paz y alegría, duerme bien de noche y gana bien el día.
Quien todo lo quiere, todo lo pierde.
Quienes no tienen nada que perder jamás piensan en la vida eterna.
Quieren que me haga diferente. Y sin ellos hacerse diferentes y sin nada hacerse diferente.¿Y de qué me haría diferente?.
Quiero llorar porque me da la gana.