Para trabajar basta estar convencido de una cosa: que trabajar es menos aburrido que divertirse.
Para un buen matrimonio hay que enamorarse muchas veces, siempre de la misma persona.
Para una mujer, el primer beso es el final del principio; para un hombre, el comienzo del final.
Para usted que ya no la tiene, la libertad es todo. Para nosotros que sí, es meramente una ilusión.
Parece significativo que en griego el diablo se llame propiamente "calumniador": diabolos.