La música debe hacer saltar fuego en el corazón del hombre, y lágrimas de los ojos de la mujer.
Las lágrimas derramadas son amargas, pero más amargas son las que no se derraman.
Los cocodrilos vierten lágrimas cuando devoran a sus víctimas. He ahí su sabiduría.
Luz... cuando mis lágrimas te alcancen la función de mis ojos ya no será llorar, sino ver.