La vida es como una bicicleta de diez velocidades. Hay algunas que la mayoría nunca usamos.
La voz de uno nunca debe estrangular los pensamientos propios ni ahuyentar los ajenos.
Las mujeres son un sexo decorativo. Nunca tienen, nada que decir, pero lo dicen deliciosamente.
Las personas que nunca se preocupan por sus antepasados jamas mirarán hacia la posteridad.