La felicidad, como el arco iris, no se ve nunca sobre la casa propia, sino sólo sobre la ajena.
La gente busca la felicidad como un borracho busca su casa, sabe que existe pero no la encuentra.
La lectura es la gran proveedora de argumentos, la clave para que los demás te escuchen.
Lo bueno necesita aportar pruebas; lo bello no. El mejor cosmético para la belleza es la felicidad.
Lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado.