Con palabras agradables y un poco de amabilidad se puede arrastrar a un elefante de un cabello.
Creo que no soy tan viejo como para ser venerable, ni tan joven como para ser un cómplice.
Cualquier mujer que aspire a comportarse como un hombre, seguro que carece de ambición.
Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco.
Cuando alguien asume un cargo público debe considerarse a sí mismo como propiedad pública.