Quien es capaz de hospedar bien a la desgracia, puede hospedar serenamente a la felicidad.
Quien escribe con sangre, y escribe sentencias, ha de ser no leído, sino aprendido de memoria.
Quien escribe lo que le gusta a los demás puede ser un buen escritor pero nunca será un artista.
Quien ha perdido la esperanza ha perdido también el miedo: tal significa la palabra "desesperado".