Que cada hombre construya su propia catedral. ¿Para qué vivir de obras de arte ajenas y antiguas?
Que cada hombre y cada mujer que amén la libertad y el ideal anarquista, lo propague con empeño, con terquedad, sin hacer aprecio de las burlas sin medir peligro, sin reparar en consecuencias, y manos a la obra camaradas y el porvenir será para nuestro ideal libertario.
Qué me importa que Dios no exista mientras otorgue divinidad al hombre.
Que un hombre muera por una causa no significa nada en cuanto al valor de la causa.
Quédate siempre detrás del hombre que dispara y delante del hombre que está cagando. Así estás a salvo de las balas y de la mierda.
Quien ama a los hombres afianza a los hombres, pues él mismo desea ser afianzado; ayuda a los hombres a lograr éxito, pues él mismo desea lograr éxito.
Quien dice hombre, dice lenguaje, y quien dice lenguaje, dice sociedad.
Quien mucho ama no teme.
Quien no tiene confianza en el hombre, no tiene ninguna en Dios.
Quien vive en armonía no teme la soledad.
Recordad que el hombre permanece en el rincón de la oscuridad por temor a que la luz de la verdad le deje ver cosas que derrumbarían sus conjeturas.
Religión es hacer el bien; Un hombre no se limita a pensar o sentir su religión, sino que "vive" su religión tanto como es capaz de hacerlo.
Ruego constantemente a Dios para que nazca sobre esta tierra algún gran espíritu, hombre o mujer, encendido en la piedad divina, capaz de librarnos de nuestros horrendos pecados contra los animales, salvar las vidas de criaturas inocentes.
Sabed que el hombre supera infinitamente al hombre.
Sabido es que un hombre de ciencia puede valer por diez mil soldados.
Se empieza a salvar el mundo salvando a un hombre por vez; todo lo demás es romanticismo grandioso o política.
Sé filósofo... pero en medio de toda tu filosofía, sé hombre.
Se ha dicho, que el hombre hace todo lo que hace con el único fin de enamorar mujeres.
Sé hombre, nunca te acobardes.
Se puede calificar de hombre superior el que primero pone en práctica sus ideas, y después predica a los demás lo que él ya realiza.
Se puede juzgar a un hombre por su nación, pero no a una nación por un hombre.
Se puede quitar a un general su ejército, pero no a un hombre su voluntad.
Se puede ser un buen hombre y hacer malos versos.
Se tardan veinte o más años de paz para hacer a un hombre, y bastan veinte segundos de guerra para destruirlo.
Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber del hombre; y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres, felices, independientes y tranquilos.