Si tienes la paciencia de la tierra, la pureza del agua y la justicia del viento, entonces eres libre.
Siempre es más fácil escuchar una ofensa y no reaccionar que tener el coraje de enzarzarse en un combate con alguien más fuerte.
Sin fe se puede perder un juego cuando ya casi está ganado.
Solamente pasaba diez minutos con el amor de su vida, y miles de horas pensando en él
Solamente pasaba diez minutos con el amor de su vida, y miles de horas pensando en él.
Sólo el amor nos permite escapar y transformar la esclavitud en libertad.
Sólo quien encuentra vida puede encontrar tesoros.
Sólo quien es feliz puede repartir felicidad.
Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.
Tenemos que apreovechar cuando la suerte está de nuestro lado y hacer todo lo posible por ayudarla, de la misma manera que ella nos está ayudando.
Tengo que correr riesgos. No tengo que tener miedo de la derrota.
Toda aflicción que llega acaba por irse. Así sucede con las glorias y las tragedias del mundo.
Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos.
Todas las mañanas dios nos muestra su sonrisa.
Todo está permitido, menos interrumpir una manifestación de amor.
Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando; lo único que no puede hacer es olvidarla.
Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia.
Todos los días dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices.
Todos los hombres son diferentes. Y deben hacer lo posible por continuar siéndolo.
Un hombre tiene que escoger. En esto reside su fuerza: en el poder de sus decisiones.
Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea.
Una búsqueda comienza siempre con la suerte del principiante y termina siempre con la prueba del conquistador.
¿cómo entra la luz en una persona? si la puerta del amor está abierta.
Basta el instante de un cerrar de ojos para hacer de un hombre pacífico un guerrero.
En cada uno de nosotros hay un artista, un amante y un guerrero.