Nadie recordaría al buen samaritano, si además de buenas intenciones no hubiera tenido dinero.
No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo.
Para hacer ejercicio, pasee con alguien que le acompañe de buen grado, preferentemente un perro.
Para un buen matrimonio hay que enamorarse muchas veces, siempre de la misma persona.