Un buen crítico es el que suele ser más severo con sus propios trabajos que con los ajenos.
Un buen gobierno es como una buena digestión; mientras funciona, casi no la percibimos.
Un buen guardián no necesita rejas ni cerrojos, y, sin embargo, es imposible abrir lo que él cerró.
Yo trato de privarme de ideas. Todos los días me quito alguna, pero siempre me quedan demasiadas.