. . . El mundo es un templo hermoso, donde caben en paz los hombres todos de la tierra, porque todos han querido conocer la verdad, y han escrito en sus libros que es útil ser bueno, y han padecido y peleado por ser libres, libres en su tierra, libres en el pensamiento.
A la mar madera y a la tierra huesos.
Abundan en la tierra los superfluos.
Ahora que nos amamos... somos raíces cálidas de la tierra.
Al trabajo de la tierra Desde las alturas del templo Viene el canto del gallo.
Al trabajo de la tierra. El hombre que preguntó por el camino Desapareció.
Andaré por los cerros, selvas y llanos toda la vida arrimándole coplas a tu esperanza, tierra querida.
Aquello que nos promete el paraíso en la tierra nunca produjo nada, sino un infierno.
Atrás la tierra, el agua, el fuego, el aire: dejad que diga el pensamiento solo la flor sin cuerpo de mi voz desnuda.
Bajo el hacha implacable, ¡cuán presto en tierra cayeron encinas y robles!.
Cada año nuevo Cielo y tierra en armonía El primer día.
Cada uno de nosotros está en la tierra para descubrir su propio camino, y jamás seremos felices si seguimos el de otro.
Cava la tierra y hallarás un tesoro, sólo que debes cavar con la fe de un labriego.
Conóceme cual soy ¡Soy la verdad! Agua, tierra, llama, aire, éter, vida, mente, individualidad, esos ocho forman mi espectro actual y están suspendidos de mí, como cuelgan las perlas de su hilo.
Cuando el Cielo se vacía de Dios, la tierra se llena de ídolos.
Cuando pases por la tierra de los tuertos, cierra un ojo.
Cuando por fin regresas a tu tierra, descubres que no era tu vieja casa lo que extrañabas, sino tu niñez.
Cuando saltes de alegría, cuida de que nadie te quite la tierra debajo de los pies.
Dadme un punto de apoyo y moveré la tierra.
De la mar, el mero, y de la tierra, el carnero.
De las flores, la violeta; de los emblemas, la cruz; de las naciones, mi tierra; y de las mujeres, tú.
Digan lo que digan, la Tierra se mueve.
Dulce eres, como la tierra, como ella frutal y hermosa.
Dura es la ley de amor, pero por dura que sea, hay que obedecerla, pues la tierra y el cielo por ella están unidos desde el fondo de las edades.
El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo.