Cristo no nos libera del sufrimiento, sino de sufrir inútilmente.
Dices que no puedes más. Aún volverás a sufrir, y a amar, y a sufrir de nuevo, y a gozar otra vez y otra y otra. Sólo morirás una vez, eso es lo único que no podrá repetirse, pero la vida es una continua repetición.
El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir.
El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida.
El hombre que me da trabajo, al que tengo que sufrir, este hombre es mi dueño, llámelo como lo llame.
El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento.
El que acepta sufrir, sufrirá la mitad de la vida; el que no acepta sufrir, sufrirá durante su vida entera.
El que teme sufrir ya sufre el temor.
El sufrimiento purifica. Aquel que sepa sufrir mejor, hará mejor obra.
El sufrir merece respeto, el someterse es despreciable.
El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.
El verdadero valor consiste en saber sufrir.
Es más fácil dar consejos que sufrir con fortaleza la adversidad.
Es tan fácil hacer sufrir a un ser que nos ama, tan fácil, que ni siquiera puede ser divertido.
Hace falta más valor para sufrir que para morir.
Hay sólo tres cosas a hacer con una mujer. Se puede amarla, sufrir por ella, o convertirla en literatura.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera.
La belleza, como el dolor, hace sufrir.
La lección es siempre una sola: lanzarse de cabeza y saber aguantar el castigo. Es mejor sufrir por haberse atrevido a obrar en serio, que no haberse atrevido.
La manera más profunda de sentir una cosa es sufrir por ella.
La única manera de ser feliz es que te guste sufrir.
La vejez no significa nada más que dejar de sufrir por el pasado.
La verdadera amistad es planta de lento crecimiento que debe sufrir y vencer los embates del infortunio antes de que sus frutos lleguen a completa madurez.
Las desgracias que podemos soportar vienen del exterior; son accidentes. Pero sufrir por nuestras propias faltas. . . Es ahí donde reside el tormento de la vida.
Los autores de revoluciones no pueden sufrir que otros las hagan después de ellos.