No creo en la muerte, porque uno no está presente para saber que en efecto ha ocurrido.
No deja de ser humillante para una persona de ingenio, saber que no hay tonto que no le pueda enseñar algo.
No está la felicidad en vivir, sino en saber vivir.
No hace falta saber cómo perdonar. Basta estar dispuesto a hacerlo, del cómo ya se ocupará el universo.
No hay deber más urgente que el de saber ser agradecido.
No hay mejor mérito que saber aprovechar todas las oportunidades.
No menos que el saber me place el dudar.
No miente sólo el que habla contrariando su propio saber, sino sobre todo el que habla contrariando su propio no saber.
No nos preguntamos qué derecho a gobernar tenemos: gobernamos. No nos preocupa saber si el pueblo tiene algún derecho al derrocarnos: procuramos tan sólo que no se sienta tentado a hacerlo.
No saber lo que ha ocurrido antes de nosotros es como seguir siendo niños.
No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho.
No ser amado es una simple desventura. La verdadera desgracia es no saber amar
No somos más ignorantes que ingenuos. Sabemos siempre lo que creemos que nos conviene saber.
No vivo ni en el pasado ni en el futuro; estoy afirmado en el presente. No puedo saber qué es lo que ha de traer consigo el día de mañana; puedo tan sólo atenerme a lo que hoy es para mí una certeza.
Nuestras horas son minutos cuando esperamos saber, y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender.
Nunca es igual saber la verdad por uno mismo que tener que escucharla por otro.
Nunca he sentido que algo realmente importase, pero sí la satisfacción de saber que las cosas que apoyaste y en las que creías las habías conseguido de la mejor forma que habías podido.
Para llegar a aborrecer a los conquistadores, habría que saber todos los males que causan; habría que ser testigo de la indiferencia con la que se les sacrifican las más inofensivas criaturas en algún rincón del globo en el que ellos jamás han puesto los pies.
Para progresar no basta actuar, hay que saber en que sentido actuar.
Para saber algo, debes saber lo opuesto.
Para saber algo, no basta con haberlo aprendido.
Para saber hablar es preciso saber escuchar.
Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar.
Por naturaleza, los hombres son muy parecidos entre sí. Son el saber y la experiencia lo que los diferencia.
Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.