Tu cuerpo inolvidable se precipitará hacia mi recuerdo.
Yo miro tu recuerdo náufrago. Y aquel pájaro ingenuo bebiendo el agua del espejo.
Yo podría ser el último paria de mi reino, un leproso abandonado por todos, sin recuerdo y sin esperanza de goce alguno, y aún quisiera vivir.
¡Ah qué grande es el mundo a la luz de las lámparas! / ¡Y qué pequeño es a los ojos del recuerdo!