Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida.
Y es que en este mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según el cristal con que se mira.
¡Ah qué grande es el mundo a la luz de las lámparas! / ¡Y qué pequeño es a los ojos del recuerdo!