No esperes a que muera alguien para decirle cuanto lo amabas, díselo hoy que lo tienes cerca.
No existe la suerte. Sólo hay preparación adecuada o inadecuada para hacer frente a una estadística.
No existe para el hombre más que una verdadera desdicha: incurrir en falta y tener motivo de censura contra sí.
No existe un solo modelo de democracia, o de los derechos humanos, o de la expresión cultural para todo el mundo. Pero para todo el mundo, tiene que haber democracia, derechos humanos y una libre expresión cultural.
No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.
No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor.
No hay buen viento para quien no tiene puerto.
No hay camino para la paz, la paz es el camino.
No hay caminos para la paz; la paz es el camino.
No hay color para el Luto.
No hay como el orden para enseñar a ganar tiempo.
No hay cura para el nacimiento ni la muerte, sólo disfrutar el interválo.
No hay forma mas facil para engañar a un tonto que es diciendole que no lo es.
No hay grandeza para quien quiere engrandecerse.
No hay ley sin agujero para quien sabe encontrarlo.
No hay más que una manera de ser feliz: vivir para los demás.
No hay mayor causa para llorar que no poder llorar.
No hay mayor peso para un ser humano que un gran potencial.
No hay medicina para el miedo.
No hay nada malo en esperar lo mejor, siempre y cuando estes preparado para lo peor.
No hay nada que pueda quitar la libertad a un hombre salvo otros hombres. Para ser libre, un hombre debe ser libre de sus hermanos.
No hay ningún viento favorable para el que no sabe a que puerto se dirige.
No hay ninguna razón para que a un mismo hombre le guste los mismos libros a los 18 que a los 48 años.
No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir.
No hay que morir por el otro, sino vivir para disfrutar juntos.