La amistad, si se alimenta solo de gratitud, equivale a una fotografía que con el tiempo se borra.
La confidencia corrompe la amistad; el mucho contacto la consume; el respeto la conserva.
La naturaleza quiere que la amistad sea auxiliadora de virtudes, mas no compañera de vicios.
La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido.
Los hombres que se bastan a sí mismos son inservibles a la verdadera amistad.